viernes, noviembre 25, 2005

...

Aún cuando la niebla inunda mi ser
llevándome a mundos infrahumanos,
donde el fuego carcome mi alma
abandonada por la misma necedad.

Inicio un camino largo y lleno
de supuestos laberintos continuos,
donde en lugar de encontrar luz,
encuentro solo un mundo de sombras
que obscurecen mi mirar.

Pero lograste despertarme,
y a través de tu voz encontré
la forma de cambiar la oscuridad,
por una luz que se torno brillante
dentro de mis dilatadas pupilas.

Regresando nuevamente a este cuerpo
del cual me había alejado,
pero que con tu sutil manera de ser
nuevamente me estoy volviendo a mirar.